Unvex celebró ayer, martes 20 de febrero, el cuarto webinario de su canal digital, titulado I+D, impulsor de la industria de los drones. El coloquio, que formó parte de las actividades previas a la novena edición del único en Europa dirigido a toda la comunidad de los sistemas no tripulados, contó con la participación de expertos del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (Catec).
Prioridades europeas en el uso de UAS
La delegada española del comité gestor del Programa Civil para la Sociedad, Maite Boyero, fue la primera invitada en intervenir en el webinario. Este grupo de trabajo, conocido también como Clúster 3, se enmarca dentro de la iniciativa Horizonte Europa de la Unión Europea y su objetivo principal es mejorar, a través de nuevas tecnologías, la aplicación de la ley, la gestión de corredores, la protección civil, el control de aduanas, la gestión de riesgos y catástrofes o la protección de infraestructuras críticas, entre otros elementos. Para ello, “es vital incluir la participación de policías, guardias fronterizos y costeros, autoridades aduaneras, bomberos… y estar al servicio de las distintas políticas europeas e internacionales”.
Las prioridades de Horizonte Europa se dividen en dos grandes grupos, divididos a su vez en distintos subgrupos. La primera categoría se centra en cuestiones relativas a la lucha contra el crimen y el terrorismo, la prevención de actos ilícitos, la resiliencia y autonomía de las grandes infraestructuras, la reducción de los daños causados por desastres y el desarrollo de las capacidades de la Unión en relación con la seguridad ciudadana. Por su parte, la segunda gran categoría abarca cuestiones relacionadas con la ciberseguridad, como, por ejemplo, la mejora de la resistencia de infraestructuras digitales y físicas; el refuerzo de las capacidades industriales en materia de ciberseguridad y asimilación; el uso de tecnologías digitales innovadoras; el impulso de la autonomía estratégica abierta y otras ventajas competitivas; y la protección de derechos fundamentales.
En alguna de las áreas contempladas en los grupos y subgrupos mencionados “los drones pueden ser extremadamente útiles para desarrollar capacidades avanzadas, mejorar la seguridad en los espacios públicos y ofrecer una mayor protección a las autoridades y cuerpos policiales”. En este sentido, el programa presenta distintas oportunidades de financiación para nuevos conceptos, tanto en los denominados open topics o temas abiertos, como en otros aspectos “más cerrados”.
El subgrupo Fighting Crime and Terrorism considera el uso de la tecnología de drones para mejorar las labores de los forenses y la recolección de datos, así como para incrementar la seguridad de los ciudadanos en los espacios públicos. El subgrupo Border Management prevé que estos sistemas pueden ser útiles en aduanas y cadenas de suministro de seguridad, ayudando a detectar y rastrear el tráfico de bienes ilegales. Dentro del área Disaster-Resilient Society los UAS reforzarán las capacidades de los equipos de primera respuesta, ofreciendo una tecnología sostenible y rentable en estrategias de gestión de crisis para la protección a gran escala de la población y las infraestructuras tras una explosión o incidente nuclear. Por último, cabe también destacar el subgrupo Support to Security Research and Innovation, cuyo objetivo es apoyar proyectos con aeronaves no tripuladas que impulsen la demanda a través de la contratación pública y aceleren la adopción de tecnologías mediante propuestas a pequeñas y medianas empresas.
Innovación en misilística y optoelectrónica
La segunda ponencia corrió a cargo del representante del Departamento de Optoelectrónica y Misilística del INTA, Jesús Sánchez García. El teniente coronel del Cuerpo de Ingenieros del Ejército del Aire y del Espacio y oficial de guerra electrónica y jefe del Centro Antidrón en la Oficina de Programas Cetedex, afirmó que “los drones tienen un rol crucial en los nuevos conflictos, especialmente, como se ha podido ver a través de redes sociales, en Ucrania y Gaza”.
En este contexto “la preocupación no existe solo en el ámbito militar, sino también en el civil”. Por ello, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado “están desarrollando sus propias soluciones contra la amenaza que suponen los drones”. En estos esfuerzos participa activamente el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, cuyo objetivo principal es “crear todo el conjunto de las tecnologías implicadas en la lucha contra los sistemas aéreos no tripulados”. Estos sistemas “incluyen tanto los drones, como los sensores, los radares o los instrumentos electroópticos” entre otros elementos.
El INTA planea mejorar las características de estos equipos, ya que “estas tecnologías están en pleno auge e inmersas en un proceso de transformación constante” que permite su progresiva implementación en distintas plataformas como, por ejemplo, radios definidas por software (SDR por sus siglas en inglés). Es importante recalcar que, normalmente, “todos los drones dependen de señales GNSS” y en los conflictos militares esta cobertura muchas veces es denegada.
Sánchez García explicó que el INTA “se centrará especialmente en estas amenazas y en estos tipos de escenarios y entornos”, dedicando todos sus esfuerzos a desarrollar “mecanismos y medidas de protección en contra de sistemas de denegación de la navegación”. Para que el centro antidrón sea efectivo “debe asegurarse de tener la última tecnología del sector”, así como ser capaz de “desarrollar tecnologías de vanguardia adaptadas a las amenazas existentes en las zonas de conflicto”.
Operaciones altamente autónomas
El webinario terminó con la ponencia del gerente técnico de Aviónica y Sistemas de Catec, Antidio Viguria, que se centró en las tecnologías de vanguardia que el centro está implementando en sistemas aéreos no tripulados. El experto afirmó que, dentro de los nuevos desarrollos innovadores que se están llevando a cabo en la industria, “la autonomía y la automatización son factores clave para mejorar la seguridad y permitir a los UAV reaccionar a situaciones que no han sido planeadas previamente”.
La capacidad de desarrollar operaciones autónomas aporta numerosas ventajas a labores como, por ejemplo, la inspección de infraestructuras. A través de los mecanismos de automatización, los operadores pueden monitorizar y analizar instalaciones de distinto tipo con más detalle y eficiencia, repitiendo la misma ruta de vuelo varias veces y alejando el dron más allá de la línea visual (Bvlos) sin poner en riesgo los activos físicos o a las personas participantes en la operación.
Estas características son extremadamente útiles en tareas de mantenimiento de líneas de alta tensión y control de canalizaciones de tuberías. En el primer caso, un dron automatizado puede no solo tomar imágenes del estado de las torres eléctricas, sino también interactuar físicamente con las torres eléctricas y el cableado, reduciendo la exposición de los operadores a la corriente y simplificando el trabajo en general. En el segundo caso, los drones autónomos pueden volar hasta los conductos y posarse sobre ellos de forma precisa y perfectamente alineada, con el objetivo de crear un mapa de las instalaciones o de desplegar otros sistemas más pequeños, capaces de realizar trabajos y análisis de superficie.
La automatización también es un elemento clave para las fases de despliegue y recuperación de los sistemas aéreos no tripulados, ya que, a través de patrones visuales ubicados en el suelo, trayectorias de proximidad y sensores 3D, los drones pueden ajustar de forma automática su comportamiento durante esta etapa del vuelo, posibilitando el despegue y aterrizaje remoto y sin contacto visual directo de forma segura y controlada.