En 2017, el fenómeno de El Niño provocó grandes inundaciones en Perú, sobre todo en la zona norte costera de Piura donde muchas localidades quedaron aisladas. A raíz de eso, el ingeniero mecánico-eléctrico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Piura (UDEP), Miguel Castro Sánchez, se dio cuenta de que "era imposible llegar por vía terrestre y nos hizo pensar en la necesidad de formular una solución para llevar ayuda, sobre todo alimentos y medicinas, a las poblaciones afectadas por este desastre natural".
Según cuenta el investigador en entrevista con la Agencia de Noticias Andina, fue entonces que comenzó a liderar el equipo del proyecto Dron para monitoreo y asistencia remota ante desastres naturales. En 2019 pasó a la ejecución gracias a un financiamiento de 200.000 soles (49.742,42 euros) por parte del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) en convenio con el Banco Mundial.
El prototipo
El proyecto consta del diseño y fabricación de un prototipo de dron de ala fija que puede moverse y sostenerse en el aire hasta los 1.000 metros de altura. Tiene una autonomía de vuelo de 100 kilómetros y requiere de dos tanques pequeños de gasolina para movilizarse. La distancia entre los extremos de las alas es de cuatro metros y tres metros de la punta a la cola. Una de sus innovaciones ha sido el empleo de impresoras en 3D de la Universidad de Piura para el 70% de las piezas.
Castro comenta que "nuestro dron cuenta con un ala fija que lo convierte en una mini avioneta, capaz de soportar cargas de hasta cinco kilogramos y resistir ráfagas de viento. Con la ayuda de programas de medición se hicieron los cálculos específicos y muy exactos que permitieran diseñar el prototipo perfecto para las necesidades del proyecto".
Créditos: Agencia Andina de Perú
De esta manera, el dron diseñado por el equipo de docentes investigadores de la UDEP tiene la capacidad de trasladar alimentos, medicinas, unidades de sangre, entre otros productos vitales para los damnificados por un desastre natural. Supone una ventaja con respecto a a otros vehículos aéreos, como helicópteros y avionetas, dado que puede llegar a zonas de muy difícil acceso. Además, según el diseño sus creadores, el dron de ala fija no aterriza en las zonas inundadas, sino que arroja, desde una altura establecida y fuera de peligro, el cargamento con la ayuda humanitaria.
Resultados y una nueva versión "mejorada"
El investigador comenta que a raíz del proyecto se ha generado una tesis de pregrado, dos artículos científicos enviados a publicaciones internacionales indexadas y la participación en el XXIV Congreso Nacional de Ingeniería mecánica, eléctrica y afines, en 2021. A mediados de 2022, el equipo se propuso diseñar y fabricar una segunda versión "mejorada", esta vez con financiamiento propio de la UDEP.
Aunque se mantienen las dimensiones de las alas, en esta actualización se redujo la distancia de la punta a la cola, a menos de cuatro metros para que pueda despegar y aterrizar en una pista de 50 metros de largo y no de 200 metros como lo requería el primer prototipo. Castro asegura que "de esta manera, el nuevo dron puede despegar y aterrizar en espacios acondicionados en el mismo campus universitario y no necesitar de otras instalaciones como la pista del Grupo Aéreo N° 7". También se redujo el peso de carga a transportar, de cinco a dos kilos, pero aumentó el porcentaje de piezas quese pueden obtener mediante la impresión en 3D: del 70% al 90%.