El Ministerio de Defensa de Rusia ha validado su nuevo dron kamikaze, que utilizará para atacar a Ucrania, el Privet-82. El sistema aéreo no tripulado, fabricado por la compañía rusa Oko destaca por su bajo coste, puesto que su precio ronda los 100.000 rublos (1.125,37 euros). La aprobación se produjo el pasado 19 de mayo, según ha informado el propio director de la empresa, director Vadim Zhernov, en declaraciones al portal Sputink. Además, aseguró que las primeras docenas de UAV irán al frente en el periodo de un mes.
El UAV dispone de un alcance de 30 kilómetros y, durante su vuelo, puede transportar una carga de 5,5 kilos, tal y como indica el fabricante. En cuanto a su velocidad constante, el sistema vuela a 90 kilómetros por hora, aunque puede alcanzar los 140 en horizontal y 160 en vuelo de inmersión, resalta Oko.
Por lo que respecta a su capacidad de guiado, el Privet-82 tiene varias opciones. La entidad explica que puede funcionar manualmente, por señal de vídeo, con una estabilización electrónica de vuelo. Por otro lado, dispone de una función GPS que permite el vuelo autónomo. Además, destaca la posibilidad de una guía por señal de vídeo a través de un operador. En este último caso, el dron tiene un alcance de tres kilómetros, que puede ampliarse a 15 si se utiliza un repetidor.
En los test realizados, según Zhernov la aeronave recorrió diez kilómetros con "una carga estándar". El director de la empresa señaló que durante las pruebas, el UAV se puso en marcha con normalidad y se controló "de forma constante durante todo el vuelo". En esta línea, aseguró que el aparato "maniobró, desactivó y reactivó los motores cuando practicaba el ataque en picado", y realizó un ataque en modo silencioso. Con el test realizado, Zhernov considera que se demostró la capacidad de transferir el control del UAS en vuelo entre diferentes operadores.
Baratos y efectivos
Los drones están siendo un activo fundamental en la guerra entre Ucrania y Rusia y, entre los sistemas protagonistas, destacan los de tipo kamikaze, como el Privet-82. Rusia sumará este avión no tripulado a sus ya conocidos Shahed 136, de fabricación iraní. Estos también son de bajo coste y son utilizados en ataques masivos desde diferentes puntos, una estrategia que podría darse con los nuevos sistemas.
Este tipo de UAV se utilizan a menudo para saturar las defensas enemigas. Aunque, por sus capacidades, en ocasiones son fácilmente detectables por los sistemas de defensa, el hecho de lanzarse en enjambre puede provocar el colapso. Es decir, con ataques en oleadas, Rusia puede ser consciente de que muchos UAS serán derribados, pero trata de que al menos alguno llegue a su destino.