Rusia atacó distintos puntos de Ucrania durante la pasada madrugada con 26 drones kamikaze Shahed 136, de origen iraní, uno de sus pocos aliados. De estos, 21 fueron derribados por los sistemas de defensa ucranianos. No obstante, al menos cinco de ellos lograron esquivarlos. Cabe destacar, que entre los objetivos del ataque se encontraban distintos puntos de Kiev.
Sobre la media noche, las alarmas antiaéreas se activaron en la capital, avisando de una nueva ofensiva rusa, y el Ejército del país invadido logró repeler todos los sistemas no tripulados que se dirigían a la ciudad. Estos llegaban tras haber partido desde posiciones diferentes. Así, Rusia lanzó una oleada desde la región de Briansk, al noroeste de ucrania, y otra desde el mar de Azov, situada al suroeste.
Drones lentos pero baratos
En cuanto a los sistemas utilizados para la ofensiva, los mencionados Shahed136 no parece, por características, los más eficaces, puesto que no pueden transportar más de 50 kilos de explosivos ni superar los 180 kilómetros por hora. De hecho, no contar con una mayor velocidad provoca que sean fácilmente detectables por los sistemas de defensa.
A pesar de que sus cualidades no son las más competitivas, el bajo coste de estos drones, (no llegan a 20.000 dólares) hace que estos puedan ser utilizados masivamente. Rusia ataca en oleadas, consciente de que muchos de ellos serán derribados, pero saturando la defensa, de modo que se 'aseguran' de que al menos algunos llegarán a su destino. Sobre esta estrategia, precisamente, habló el jefe de la Administración Militar en Kiev, Sergii Popko: " Las tácticas del adversario siguen como de costumbre y sin cambios: al caer la noche los terroristas lanzan una oleada de artefactos desde varias direcciones”, apuntó en su cuenta de Telegram". Por otro lado, según algunos analistas, la manera de operar de Rusia, podría deberse a un plan para obligar a Ucrania a gastar misiles y, además, conocer con más exactitud en qué lugares están instalados los sistemas de defensa.
Un producto iraní
Por lo que respecta al aliado ruso, Irán está detrás de la fabricación de estos drones. Aunque Teherán insistió en que estos fueron suministrados a su aliado antes de la invasión de Ucrania por parte de Moscú, en febrero, varios países de la Unión Europea y Estados Unidos han rebatido esta afirmación, diciendo que el primer envío se organizó en el verano. De hecho, para evitar suspicacias, ambos países acordaron en noviembre la fabricación de estos en suelo ruso.
En cuanto a la capacidad defensiva ucraniana, sus sistemas son cada vez más fiables. Esto se debe, entre otras cosas, a la ayuda de sus aliados. Estados Unidos envió un paquete de interceptores. Se trata del sistema de misiles Nasams, que utiliza Washintong para defender el espacio aéreo de la Casa Blanca y el Capitolio. Este puede alcanzar hasta 72 objetivos simultáneamente, alcanzar los mismos a una distancia de 40 kilómetros y una altitud máxima de 14.