Breda se ha convertido en el primer municipio de los Países Bajos en recibir un permiso del Ministerio de Infraestructuras y Gestión de Agua para ejecutar pruebas con sistemas aéreos no tripulados más allá de la línea visual. Gracias a esta autorización, la entidad Bredadata, integrada en la Administración local, podrá probar el uso de drones en la respuesta a emergencias e incidentes como, por ejemplo, accidentes de tráfico o incendios urbanos, así como en revisiones estructurales, para controlar el desgaste de la superficie de carreteras o detectar puntos con elevados niveles de contaminación.
Todos las organizaciones y socios adscritos a la iniciativa podrán ejecutar operaciones en las que la aeronave vuele en modo Bvlos, lo que permitirá implementar esta tecnología en nuevos sectores y ámbitos profesionales. Bredadata llevará a cabo diferentes test en el polígono industrial de Hazeldonk, en colaboración con cuerpos de policía, organismos de mantenimiento de infraestructuras y obras, empresas tecnológicas innovadoras y varios departamentos del Ayuntamiento de Breda.
Según los responsables del proyecto, Hazeldonk es adecuado como campo de pruebas, no solo por su importante función económica para la región, sino también porque se configura como una zona concurrida, con muchos movimientos de tráfico y bien organizada. En estas instalaciones también se están llevando a cabo ensayos de campo con sensores en la superficie de la carretera, capaces de indicar si hay vehículos en un punto determinado y de recopilar y enviar datos a una torre de control para su posterior análisis, basándose en cuestiones de sostenibilidad y seguridad.
En palabras de la concejala de Digitalización del municipio, Carla Kranenborg-Van Eerd, “Breda es una ciudad inteligente, lo que significa que utiliza innovaciones tecnológicas para mejorar sus características constantemente”. Teniendo en cuenta este contexto, la concejala asegura que “los drones pueden ayudar a mantener el nivel de crecimiento y la habitabilidad de la ciudad, así como su seguridad”, ya que lo singular de este proyecto es que “el permiso permite utilizar los sistemas aéreos no tripulados de una manera mucho más eficiente para diferentes propósitos”.
Kranenborg-Van Eerd también explicó que el Ayuntamiento “seguirá cuestionando si la tecnología se está utilizando de forma responsable”, afirmando que “durante estas pruebas, por ejemplo, se ha hecho especial hincapié en la protección de la privacidad, lo que significa que las imágenes capturadas solo se utilizarán para su propósito original”.