Un grupo de investigadores de la NASA ha desarrollado un simulador de vuelo impulsado por mecanismos de realidad virtual y diseñado con dos claros objetivos científicos: explorar las sensaciones que experimentarán los pasajeros al volar en aerotaxis, dentro de los futuros ecosistemas de movilidad aérea urbana (UAM) y movilidad aérea regional (RAM); y recopilar datos que ayuden a los fabricantes a crear nuevas aeronaves, teniendo más en cuenta aquellas cuestiones relacionadas con el confort y la comodidad a bordo.
Este simulador se ha convertido en una de las piezas más importantes del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong, ubicado en la Base de la Fuerza Aérea Edwards, en el estado de California. En estas instalaciones, la NASA ha establecido un laboratorio para analizar la calidad de los viajes de los pasajeros, creando una experiencia inmersiva a través de la combinación de imágenes virtuales, señales de movimiento físico y sonidos de rotor.
Este trabajo está gestionado por el proyecto Revolutionary Vertical Lift Technology, enmarcado en el Programa de Vehículos Aéreos Avanzados de la Agencia, en apoyo de la Misión de Movilidad Aérea Avanzada, que buscan entregar datos para guiar el desarrollo de los taxis aéreos y drones eléctricos en la industria global.
Realidad virtual al servicio de la ciencia
Las primeras pruebas en el nuevo simulador estuvieron protagonizadas por el piloto de pruebas de la NASA Wayne Ringelberg, quien completó una extensa serie de ensayos destinada a ayudar al equipo de investigadores a realizar ajustes críticos, antes de que otros usuarios participen en el primer estudio a finales de este año.
Según ha explicado la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio, “Ringelberg se sentó en el asiento que estaba sobre la plataforma del simulador, con un casco de realidad virtual y auriculares, experimentando un vuelo en taxi aéreo que comenzó con un despegue desde un vertipuerto conceptual ubicado en un parking de San Francisco”. Todo el entorno por el que navegó el experto en su viaje fue construido por ingenieros de la NASA en un mundo virtual completamente adaptable.
En este viaje programado hasta un sitio de aterrizaje en lo alto de un rascacielos, el piloto de pruebas pudo evaluar el realismo y la coherencia de las señales visuales, el movimiento del sistema y el audio de la simulación. Tras el test, Ringelberg proporcionó comentarios al equipo de investigación, de cara a mejorar la plataforma y aumentar aún más el nivel de realismo del escenario representado.
La aceptabilidad de la AAM en el punto de mira
Una vez finalizadas las pruebas piloto, los investigadores de la NASA conducirán una serie de estudios de investigación con sujetos humanos en un plazo de cuatro años, con el objetivo de reunir información que ayude a la industria a comprender qué hace que volar en un taxi aéreo sea cómodo y agradable para los clientes.
Según afirmó Ringelberg, “este proyecto aprovecha la experiencia del equipo de pilotos de prueba en sustentación vertical de la Agencia para validar la seguridad y precisión del laboratorio en preparación para las evaluaciones con pasajeros reales”. Además, “los experimentos en el laboratorio de calidad de vuelo servirán para informar a la comunidad de la movilidad aérea avanzada sobre la aceptabilidad de los movimientos que podrían realizar estas aeronaves, por lo que es más probable que el público en general adopte la nueva tecnología.