El vuelco a las tácticas de combate derivado del uso masivo de drones en los conflictos de Nagorno-Karabaj y, sobre todo, en Ucrania, tiene los días contados. Para el jefe del Estado Mayor del Ejército francés, el general Pierre Schill, la supremacía de las pequeñas aeronaves no tripuladas en el campo de batalla solo es “un momento en la historia” que está a punto de pasar. Los drones son ahora responsables de en torno al 80% de la destrucción en la línea del frente ucraniano; cuando hace apenas ocho meses no estaban presentes, según el militar. En diez años esto ya no será así, e incluso la situación podría cambiar en uno o dos años. El general ilustra sus augurios con un ejemplo, el del dron turco Bayraktar, estrella de los primeros meses de la guerra en Ucrania iniciada en febrero de 2022, y que ahora ya no se utilizan por lo fácil que resulta de codificar para combatirlo.
El general Schill destacó la semana pasada en el stand del Ejército francés en la feria sectorial Eurosatory, en las proximidades de París, las contramedidas que se están desarrollando para hacer frente a estas amenazas. En la actualidad, tres de cada cuatro drones desplegados en el campo de batalla ucraniano son neutralizados por medidas de guerra electrónica, afirmó. Reconoció que, hasta ahora, los sistemas antidrones van por detrás y “dejan el cielo abierto a cosas que están improvisadas pero que”, añadió, “son extremadamente frágiles”, y se están desarrollando contramedidas, informa el portal estadounidense Defense News.
La efectividad que proyectan estos pequeños sistemas en los combates representa solo “una instantánea en el tiempo”, augura. De momento, advierte, la espada es más poderosa que el escudo, en referencia a la capacidad ofensiva que mantienen estos desarrollos frente a las soluciones creadas para contrarrestarlos, pero “el escudo va a crecer”.
Soluciones en Eurosatory
Esta nueva edición de la bienal de defensa Eurosatory ha evidenciado el interés del sector por lanzar sistemas con los que ganar a los drones en los campos de batalla. Compañías de armamento como Rheinmetall y MBDA han presentado soluciones conjuntas para abatir drones desde todo tipo de vehículos blindados, al igual que la británica BAE Systems, y firmas de electrónica de defensa, como las francesas Safran y Thales y la alemana Hensoldt, también han presentado multitud de soluciones contra drones mediante la guerra electrónica.
El general Schill ha incidido en que los vehículos del programa de modernización de las fuerzas terrestres francesas Scorpion (los nuevos Griffon, Jaguar y Serval, y los modernizados Leclerc) estarán preparados en su totalidad como sistemas anti drones dentro de dos años. El concepto de combate colaborativo que plantea esta modernización, en combinación con avances como la adopción de la inteligencia artificial a bordo, permitirá también la detección temprana de las amenazas, incluidos los drones.
Huir de las grandes compras de UAV
El jefe del Estado Mayor del Ejército francés ha advertido de que no es apropiado comprometerse en grandes programas de compra de vehículos aéreos no tripulados (UAV), drones, porque se puede incurrir en la adquisición de capacidades que queden obsoletas en apenas unos meses. Sin embargo, esta circunstancia no se da con proyectiles de 155 mm, por ejemplo, que se pueden almacenar y seguir siendo relevantes dentro de 10 años. El desafío para él es conseguir un modelo industrial capaz de fabricar en masa si resulta necesario y suficientemente estandarizado. Lo que propone es la compra de equipos en lotes más pequeños, para equipar a nivel de brigada, de modo que se pueda permitir su evolución tecnológica, en vez de programas de varios años para dotar a todo el Ejército con un nuevo dispositivo, y aquí incluye drones y también pequeñas radios y teléfonos inteligentes.
El futuro carro de combate serán varios vehículos
El alto mando habló también del futuro carro de combate franco alemán MGCS, por las siglas de Sistema Principal de Combate Terrestre, del que apuntó que estará conformado en realidad por varios vehículos. Algunos de ellos no irán tripulados, y combinarán distintos armamento y capacidades, como el combate contra drones, misiles, defensa antiaérea cercana y un cañón. Si todas estas soluciones se montaran en un único carro de combate, considera el militar, su peso alcanzaría las 80 toneladas, por lo que no sería viable.