Buenos Aires quiere contar con un sistema aéreo no tripulado (UAS) de factura nacional para operar a altitudes medias y durante largos periodos (MALE). El Vigía 2A, denominación de este desarrollo militar, ha sido en su inicio financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología en el originalmente conocido como proyecto PAE-22365 (en la imagen).
El concepto argentino cuenta con un espacio de carga útil de 40x40x80 centímetros capaz de alojar 50 kilos de peso. Para propulsarse va equipado con un motor HK700E de dos cilindros y cuatro tiempos de en torno a 50 caballos de potencia. De momento, a lo largo de 2015, el prototipo ha ensayado maniobras como la aceleración y aborto de despegue, el vuelo en circuito en modo manual y la simulación de vuelo automático, de acuerdo con la información publicada por el portal argentino Zona-Militar.
El medio muestra sus dudas acerca del futuro del proyecto al apuntar: “Esperemos en todo caso que este desarrollo, conforme al apoyo político con el que hoy día cuenta, pueda continuar adelante dentro del concepto de la familia de aeronaves no tripuladas clase I, II y III con las que pretende equiparse en los próximos años la Fuerza Aérea Argentina, no solo dentro de la matriz productiva ociosa existente, sino como para no engrosar la lista de prototipos que nunca se entregaron en serie para nuestro país, cuando la demanda existente es incluso cada vez mayor tanto dentro como fuera de la Argentina”.
El Vigía 2A está diseñado con una superficie alar de 8 metros cuadrados y capaz de levantar un peso máximo al despegue de 330 kilos. Su autonomía está prevista para completar 11 horas en vuelo, si bien el primer prototipo alcanza las cuatro horas, y puede llegar a una altura tope de 15.000 pies. Su velocidad máxima supera los 210 kilómetros por hora y, como medida de seguridad, puede contar opcionalmente con un paracaídas balístico de recuperación BRS 600.
La citada publicación explica que se ha optado por una “tecnología convencional de chapa y remachado, por encima de las nuevas tecnologías de compuestos”. A diferencia del programa de Sistema Aéreo Robótico Argentino (SARA), liderado por la compañía semiprivada Invap S.E. y el Ministerio de Seguridad, y con objetivos duales, el del Vigia 2A es un proyecto exclusivamente militar.
El Ministerio de Defensa argentino cuenta con planes para constituir en la base aérea de Chamical, en la provincia de La Rioja, la primera base exclusiva para vehículos aéreos no tripulados (UAV) del país, donde previsiblemente irá destinado el nuevo desarrollo en caso de seguir adelante.
Fotografía: Fuerza Aérea Argentina