A continuación puede leer las primeras líneas de uno de los últimos reportajes publicados por Infodefensa.com en el diario La Razón, una colaboración que ya tiene casi cinco años.
Hachís por el Estrecho de Gibraltar, cocaína por el Océano Atlántico, opioides por el Mar Mediterráneo. España se ha convertido en una de las principales puertas de entrada de estupefacientes en Europa. Por tierra, mar y aire, cada droga sigue una ruta específica hacia su destino y cada grupo de traficantes emplea métodos muy distintos para intentar evadir a la justicia y ocultar sus actividades ilícitas a lo largo del litoral de nuestro país. El avance de la tecnología ha permitido a los narcos mejorar las capacidades de sus equipos y flotas, lo que se traduce en un mayor volumen de movimiento de sustancias. Además de las famosas lanchas planeadoras, cuya potencia y velocidad aumenta constantemente, en los últimos años los criminales han empezado a usar sistemas no tripulados para introducir su mercancía a través de las fronteras sin ser detectados.
A pesar de que estos submarinos, multirrotores y aviones pilotados remotamente no pueden transportar la misma cantidad de contrabando que las embarcaciones y aeronaves convencionales, la amenaza que supone el tráfico de estupefacientes, tanto para la salud pública, como para la sociedad en su conjunto, sigue creciendo. Para luchar contra esta coyuntura y como respuesta a la reactivación de narco rutas y puntos calientes en la Península y los archipiélagos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se han visto obligadas a modernizar sus activos y a adquirir medios tecnológicos adecuados para hacer frente a los nuevos modus operandi de los clanes y mafias de la droga.