La compañía británica QinetiQ ha completado la primera operación colaborativa (teaming jet-to-jet) entre un avión tripulado y un dron a reacción autónomo en el Reino Unido. La demostración se llevó a cabo en la base aérea Boscombe Down del Ministerio de Defensa (MoD), ubicada en la ciudad de Salisbury, con la colaboración de la Marina Real Británica (Royal Navy o RN), el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa (DSTL) y el Centro de Guerra Aérea y Espacial (ASWC).
Durante el ejercicio, un caza de combate despegó desde el aeródromo militar, mientras que un dron Banshee Jet 80 modificado fue lanzado desde el Campo de Tiro de Hébridas, situado frente a la costa noroeste de Escocia. El avión no tardó en obtener el control sobre el sistema aéreo no tripulado que, rápidamente, recibió sus órdenes y ejecutó de forma automática la misión asignada, volando a una velocidad aproximada de 350 nudos (650 kilómetros por hora). QinetiQ desplegó además un enjambre virtual de gemelos Banshee digitales, que también fueron capaces de completar la misión de forma coordinada en un entorno virtual en tiempo real.
Comunicaciones basadas en estándares OTAN
Para poder comunicarse con el caza mediante el mismo formato de mensajería que ofrece el enlace de datos estándar Link 16 de la OTAN, el dron a reacción fue equipado con el módulo Airborne Command and Control for Swarm Interoperable Missions (Accsiom) desarrollado por la firma británica. Según el fabricante, esta tecnología es fundamental para el despliegue de plataformas autónomas en este tipo de operaciones, ya que proporciona una puerta de enlace aérea capaz de recibir y traducir comunicaciones de largo y corto alcance entre UAS, mientras que los sistemas de seguridad de a bordo pueden anular los mecanismos de autonomía, garantizando que la plataforma permanezca en todo momento dentro de un área segura previamente delimitada.
Las operaciones colaborativas se convierten en una realidad
Para QinetiQ, los resultados de esta prueba “demuestran que la combinación de equipos tripulados y no tripulados se puede lograr con éxito y con la flota aérea de combate existente, al tiempo que ofrece el potencial de aumentar la capacidad de combate de una manera asequible”. En base a esta afirmación, el director general de Ciencia y Tecnología de la compañía, Alan Hart, declaró que “esta prueba transformadora es un gran ejemplo de colaboración y liderazgo tecnológico en la capacidad de defensa de la aviación, ya que busca satisfacer los requisitos siempre cambiantes de los combatientes que están en primera línea”. Los ensayos en Salisbury representan, además, “un avance significativo en el desarrollo de tecnologías que permitirán que los sistemas no tripulados operen sin problemas con los aviones actuales, proporcionando la base para las operaciones aéreas durante los próximos veinte años”.
Colaboración entre empresas privadas y entidades públicas
La prueba de vuelo formó parte del programa de I+D Experimentación de Capacidad de Autonomía Aérea Acelerada (A3CE) del Reino Unido y se configura como la culminación de un año de actividades de planificación y desarrollo por parte de QinetiQ y el DSTL, que han validado ya distintos conceptos para la eliminación de riesgo en evaluaciones y ensayos sintéticos. El jefe de Sistemas Robóticos y Autónomos del Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa, Peter Stockel, subrayó que “el ensayo allana el camino para eliminar las barreas que impiden la adopción de nuevos sistemas mediante el avance de capacidades de autonomía que son más fáciles de integrar y que también abordan requisitos regulatorios”. El proyecto se ha centrado en equipamiento, “no solo para las tecnologías tripuladas y no tripuladas y su integración, sino también como un ejemplo de la forma en que el MoD, el DSTL y QinetiQ, junto con otros socios de la industria, trabajan para acelerar la investigación y el desarrollo avanzado con el objetivo de obtener ventajas operativas a un ritmo más abierto y ágil”.
Desde el MoD, el ministro británico de Adquisiciones de Defensa, James Cartlidge, explicó que “las Fuerzas Armadas nacionales se esfuerzan por estar a la vanguardia de la tecnología, por lo que la capacidad de combinar sistemas tripulados y no tripulados es un importante paso para aprovechar las oportunidades inherentes de los drones”. Para Cartlidge, esta prueba es “otro excelente ejemplo de lo que sucede cuando el Ministerio de Defensa y la industria experimentan y prueban de la mano un enfoque central de la estrategia de drones de defensa y el modelo de adquisiciones integradas del Reino Unido”.