La producción de drones en China en 2022 (último año completo registrado) alcanza casi los 15.000 millones de euros, una cifra que bate cualquier registro anterior. De hecho, supera en un 34% los números del año 2021, cuando se llegó a los 11.413 millones. Los datos los proporcionó el presidente de la Asociación de la Industria de Vehículos Aéreos No Tripulados de Shenzhen, Yang Jincai, en su presentación en el séptimo Congreso Mundial de Drones, que se celebró del 2 al 4 de junio de 2023 en Shenzhen.
El aumento en la producción fue de la mano con el de las empresas especializadas en sistemas no tripulados. Tal y como apunta un informe de sznews.com publicado tras el evento, las compañías del sector pasaron de 12.000 en 2021 a más de 15.000 en 2022. Es decir, un crecimiento del 25%.
Un 70% de los drones de consumo del mundo
El peso de China en la producción mundial de drones se refleja en las cifras de producción a nivel mundial. En la especialidad de drones de consumo, la nación asiática abarca hasta el 70% de la fabricación total. Además, también se apodera del 50% del sector de UAV destinados al uso industrial. En cuanto a la cantidad total de sistemas que se fabricaron, China también estuvo a la cabeza mundial con un total de 95.000.
La publicación South China Morning Post señala que los datos están marcados por la expansión del país asiático en el mercado, favorecida, especialmente, por la pandemia Covid-19. En este sentido, Bejing adoptó una política que impulsaba la logística de drones de baja altitud en todo el país. Por otro lado, la necesidad de drones de entrega en esta situación sirvió para fomentar la competencia entre las grandes compañías nacionales de mensajería en la entrega de paquetes mediante UAV.
Crecimiento durante la 'guerra' de mercado con EEUU
El crecimiento en los datos de drones se produce a pesar de las dificultades de China para trabajar en el mercado Norteamericano. El año pasado, Estados Unidos publicó una lista negra con empresas, entre las que se encontraba la compañía DJI, la más grande del país. El documento representaba a entidades que suponían una amenaza para la seguridad nacional y señalaba que el gigante asiático mantenía lazos con el Ejército chino.
El Departamento de Defensa estadounidense apuntó como un potencial peligro incluso a los drones civiles de DJI. "Nos comprometemos a contrarrestar la estrategia de Fusión Militar-Civil de la República Popular China, que apoya los objetivos de modernización del Ejército Popular de Liberación al garantizar que las empresas, las universidades y los centros de investigación de la República Popular China adquieran y desarrollen su acceso a tecnologías y conocimientos avanzados con programas que parecen ser entidades civiles", afirmó el organismo.