En diciembre de 2019 llegaron a España los primeros componentes del Predator B, aeronave tripulada remotamente (RPAS), de media altura de rango de vuelo y gran autonomía MALE (Medium Altitude Long Endurance). Esta aeronave militar en su versión recolección de información y reconocimiento, tiene un importante componente de uso en el ámbito civil, en situaciones críticas.
Fabricado por la empresa estadounidense General Atomics, el MQ-9 Predator, en la versión adquirida por el Ejército del Aire y del Espacio español, es una aeronave remotamente tripulada, destinada a labores de reconocimiento, inteligencia y recolección de información de largo alcance.
El Predator B en servicio no cuenta con armamento por tratarse de una aeronave adquirida para misiones ISR (Intelligence, Search and Recognize). Está catalogado por el Ejército del Aire y del Espacio como un sistema RPAS estratégico-operacional por su capacidad de cubrir necesidades en cualquier zona del mundo y en teatros de operaciones de gran extensión. Lo que hace diferente a esta aeronave, frente a los RPAS operativos actualmente en las Fuerzas Armadas españolas es su capacidad de operar vía satélite.
Por todo ello, podrá ser utilizado en apoyo a misiones como el seguimiento estratégico en las áreas de interés de inteligencia, vigilancia y seguridad marítima, y operaciones de defensa en escenarios nacionales o internacionales.
Las características operacionales del Predator B, son las propias de una aeronave de reconocimiento estratégico, con una autonomía de más de 27 horas, pudiendo volar a más de 15.000 metros de altura. Su carga útil compuesta por un radar y cámaras infrarrojas supera los 1.700 kilogramos. Tiene más de 20 metros de envergadura y capacidad de captar imágenes y datos, retransmitiéndolos en tiempo real.
El Ejército del Aire y del Espacio, tiene en servicio cuatro aeronaves Predator, equipadas con sensores electroópticos de infrarrojos (EO/IR) MTS-B y radares multimodo, tres estaciones de control en tierra (GCS), dotadas con capacidad de enlace de datos por satélite (SATCOM) y línea visual (Line-of-Sight, LOS).
La empresa constructora del sistema Predator B, cuenta con un aliado tecnológico español, el grupo Sener, para dar soporte a la integración y mantenimiento de estos RPAS, garantizando el apoyo al ciclo de vida en territorio nacional, según sea requerido por el Ejército del Aire español. Asimismo, está previsto que Sener produzca componentes de la serie Predator, en virtud del acuerdo entre ambas compañías, esto garantiza la transferencia de tecnológica punta a la industria española.
Aplicación en emergencias y catástrofes
Los sistemas aéreos remotamente tripulados (RPAS), tienen un papel primordial en el campo de la seguridad y las emergencias, ofrecen una visión general de la situación que facilita la toma de decisiones. Dada la versatilidad de esta aeronave y los diferentes sensores que se pueden utilizar, los réditos obtenidos son muy diversos, facilitando la capacidad de proyección de los servicios de emergencias y seguridad.
Estados Unidos, fabricante del sistema, viene utilizando esta aeronave en misiones de protección civil desde el año 2017, por parte de la 163º Ala de Ataque de la Guardia Nacional Aérea de California, trabajando especialmente en el control y seguimiento de incendios forestales, permaneciendo 24 horas diarias seguidas, orbitando sobre los mismos, proporcionando información permanente de la evolución de los incendios. Este seguimiento intensivo permitió, entre otros servicios prestados, la alerta temprana de evacuación de aquellas zonas pobladas amenazadas por el fuego.
Hasta la incorporación del MQ-9, en España solo se disponía de RPAS de alcance, autonomía y techo de vuelo, de carácter limitado, estando capacitados para su intervención en escenarios operativos concretos.
Las características del Predator B, que permiten perfiles de vuelo de media altura, largo alcance y gran autonomía, se suman a la capacidad de carga de esta aeronave, que la convierte en una plataforma dotada de múltiples sensores, confiriéndole unas amplias prestaciones en captación de información. Estas prestaciones aumentan dotándolos de inteligencia artificial, pudiendo proporcionar una perspectiva única, a la vez que recolectar y filtrar toda la información a obtener de un incidente. Estas son las misiones de protección civil que podría asumir el Predator B al servicio de España:
Búsqueda en grandes áreas.
Control de fronteras y aguas territoriales.
Seguimiento de la evolución de grandes catástrofes.
Detección de incendios forestales.
Vigilancia de infraestructuras críticas.
Seguimiento de movimientos migratorios.
Control y evaluación de daños.
Levantamiento inmediato de mapas de riesgos y amenazas.
Alerta temprana, respecto a amenazas inminentes.
Ventajas que ofrece el Predator
El Predator ofrece grandes ventajas operativas, respecto a las aeronaves tripuladas y las no tripuladas, actualmente disponibles en nuestro país. Sus capacidades, rendimientos, son mayores que sus homólogas tripuladas, con unos costes operativos muy reducidos, añadiendo a esto la flexibilidad operacional del sistema. Estas ventajas se concretan en:
Capacidad de reconocimiento día/noche.
Gran autonomía y alcance.
Capacidad de persistencia, operatividad efectiva sobre escenario concreto.
Operaciones enlazadas vía satélite.
Portabilidad multisensor, para detección de incidencias.
Bajo coste de hora de vuelo, en relación a las aeronaves tripuladas.
Puede compartir espacio aéreo con otras aeronaves incluidas las comerciales, al contar con un sistema de evitación del tráfico aéreo.
Tripulación del Predator B
En la estación de control de tierra o GCS (Ground Control Station), se ubican dos puestos que tienen control directo sobre la aeronave, el piloto y el operador de sensores. Además, debido a que la información de la misión se obtiene en tiempo real, existen otros puestos imprescindibles para la interpretación y la explotación de la información obtenida por los sensores del MQ-9. Fundamentalmente es personal especializado en análisis de imágenes que están formados en inteligencia e interpretación de dichas imágenes. A estos podrían incorporarse analistas de emergencias y protección civil, para la explotación de la información obtenida.
Estas aeronaves, además de sus tripulaciones y personal de apoyo, integran el 223 Escuadrón encuadrado en el Ala 23 del Ejército del Aire y del Espacio, con base en Talavera la Real (Badajoz), disponiendo de una base secundaria y de despliegue en el Aeródromo Militar de Lanzarote. Operando desde ambas bases, los Predator B podrán cubrir todas las necesidades de reconocimiento estratégico de España.