Un avión no tripulado UJ-22 de fabricación ucraniana ha caído en Rusia a 112 kilómetros de Moscú. Esta es la primera vez que un sistema no tripulado ucraniano se acerca tanto a la capital rusa y esto se produce tras el inesperado despliegue de medios de defensa aérea adicionales el mes pasado. Este incidente es sólo uno más de la reciente oleada de aparentes ataques con drones ucranianos, o al menos intentos de ataque, contra objetivos rusos en las últimas 24 horas.
El gobernador de la región de Moscú, Andrei Vorobyov, emitió ayer un comunicado sobre el incidente, en el que afirma que el avión no tripulado probablemente tenía como objetivo una "instalación de infraestructura civil". No se sabe con exactitud dónde cayó el avión ni por qué.
Hay informes contradictorios según los cuales los restos del dron -cuyas imágenes y vídeos circulan ahora por Internet- se encuentran cerca de la localidad de Gubastovo o de la ciudad de Kolomna. Gubastovo está a unos 100 kilómetros de Moscú y Kolomna a unos 110 kilómetros.
Ambas localidades se encuentran en el distrito de Kolomensky y están a unos 444,5 kilómetros y 455,5 kilómetros de la frontera ucraniana, respectivamente. En Kolomensky se encuentra una estación de compresión de la empresa estatal rusa de gas natural Gazprom. Esta estación, que ayuda a que el gas circule por los gasoductos asociados de la zona, se ha sugerido como posible objetivo.
El modelo encontrado
Las imágenes de los restos muestran que se trata claramente de un UJ-22 fabricado por la empresa ucraniana Ukrjet. Se trata de un avión no tripulado con tren de aterrizaje triciclo fijo diseñado para despegar y aterrizar en una pista convencional. Propulsado por un pequeño motor de gas que impulsa una única hélice de tres palas en la parte delantera, tiene una autonomía máxima absoluta de 800 kilómetros y puede permanecer en el aire hasta siete horas, según el sitio web del fabricante. Esto, en principio, pondría a su alcance la región de Moscú desde un punto de lanzamiento cercano a la frontera ruso-ucraniana.
El alcance y la autonomía reales del UJ-22 dependen, por supuesto, de su carga útil y de otros factores. Además, Ukrjet afirma que sus enlaces de comunicación a bordo sólo permiten el control directo del operador hasta una distancia de 100 kilómetros. El dron puede volar distancias más largas hasta un lugar designado mediante un plan de vuelo previamente planificado. Un operador más cercano al destino final podría tomar el control cuando el dron se acerque lo suficiente
Lo que se ha visto hasta ahora de los restos del avión no aclara si el que cayó cerca de Moscú iba armado o si llevaba algún otro tipo de carga. Incluso sin ningún tipo de carga, el envío de un avión no tripulado como el UJ-22 a esta parte de Rusia podría haber proporcionado a las fuerzas ucranianas información valiosa sobre las capacidades de defensa aérea de su oponente, incluidas sus habilidades para detectar y rastrear objetivos relativamente pequeños.