El 65º Escuadrón de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha puesto fin recientemente al ejercicio Reaper Castillo, un experimento de más de un mes y medio de duración, que tuvo lugar en el Campo de Tiro de la Fuerza Aérea Melrose, en el estado de Nuevo México, con el objetivo de "afinar tareas esenciales de misión y desarrollar capacidades de empleo ágil de combate o ACE con los drones MQ-9".
Según fuentes de la USAF, el ejercicio, en el que también participó personal del Equipo de Mantenimiento de la Misión de Operaciones Especiales (Somst) y pilotos remotos radicados en la base de Hurlburt Field (Florida), validó las capacidades de la plataforma aérea de General Atomics Aeronautical Systems (GA-ASI) para realizar operaciones clave en entornos austeros, incluidos aterrizajes en pistas de tierra, reabastecimiento de combustible, rearme y relanzamiento rápido.
A pesar de que la gama MQ-9 requiere normalmente de una pista pavimentada, un equipo de mantenimiento integrado por distintos operarios y amplias funciones de apoyo, en el transcurso de Reaper Castillo, la huella ligera del Somst en un aeródromo no preparado pudo proporcionar todas las funciones necesarias para respaldar la ejecución de la misión. De esta forma, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos recalcó, una vez más, la versatilidad de la plataforma de inteligencia, vigilancia y ataque, así como su elevada adaptabilidad, características que la convierten en un activo vital para operaciones militares modernas.
Todas estas capacidades se alinean con la estrategia ACE, centrada en mejorar la flexibilidad y la resiliencia, dispersando fuerzas en múltiples ubicaciones, a menudo austeras. Dadas sus habilidades para operar en entornos remotos y adaptarse a diferentes requisitos de misión, rápidamente cambiantes, este modelo de dron desempeña un papel clave en el apoyo al énfasis de ACE, específicamente en operaciones descentralizadas y de despliegue rápido.
"En el futuro ya no podremos depender exclusivamente de las bases operativas principales, por lo que operar en entornos austeros en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier parte es fundamental, ya que permite a los comandantes tener opciones, algo que se necesita críticamente en las fuerzas de operaciones especiales. Si los responsables de las operaciones especiales pueden permitir la generación de misiones en el borde delantero del campo de batalla, puede aumentar la letalidad, el alcance y la capacidad general de la aeronave para los intereses nacionales estratégicos y tácticos", explicó el comandante de vuelo responsable del equipo Somst.
El ejercicio proporcionará datos importantes y permitirá asentar las bases para el desarrollo de nuevos conceptos de operaciones. "A primera vista, Reaper Castillo 24 es un ejercicio creado y ejecutado por el 65º Escuadrón de Operaciones Especiales, pero, en realidad, es otro paso en los esfuerzos del Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea para llevar las operaciones del MQ-9 más allá de los medios convencionales. El experimento reunió a muchos miembros de múltiples alas de AFSOC, en una oportunidad única para todas las aeronaves pilotadas de forma remota, que es hacia donde se dirige la Fuerza Aérea", aseguró el comandante del 65º Escuadrón SOC, Kurtis Paul.