El sector de los sistemas no tripulados continúa creciendo a pasos agigantados, impulsado por importantes avances tecnológicos y por la creciente demanda de soluciones innovadoras en una amplia variedad de industrias. Este auge no solo respalda el crecimiento de los mercados, sino que también fomenta la proliferación de nuevas aplicaciones para los drones que, un año más, se han posicionado como una herramienta imprescindible en los ámbitos militar y civil, donde se están implementando en tareas de alta complejidad, mejorando la eficiencia, aumentando la seguridad, reduciendo costes y abriendo, al mismo tiempo, nuevas oportunidades para el desarrollo de productos y servicios asociados.
No obstante, a pesar de los esfuerzos colaborativos realizados por todos los agentes que intervienen en la proliferación de esta industria y en la creación de unas bases sólidas para su futuro, el sector de los sistemas no tripulados todavía tiene pendiente por resolver una serie de retos cruciales, que podrían limitar su expansión y la aparición de nuevas oportunidades a largo plazo. A lo largo de 2025, las empresas de drones deberán enfrentarse a una amplia gama de desafíos, entre los que destacan, principalmente, la superación de los obstáculos normativos impuestos por las principales entidades reguladoras, el desarrollo y venta de nuevas soluciones adaptadas a las necesidades cambiantes de sus clientes, la búsqueda de financiación para sus ambiciosos proyectos de innovación, la contratación de profesionales altamente cualificados y la aceptación pública.
La regulación sigue en el punto de mira
Los obstáculos a nivel regulatorio siguen posicionándose como el principal obstáculo al que debe enfrentarse la industria de los sistemas no tripulados, siendo un problema que se ha intensificado en los últimos años. Al igual que ocurrió en 2023, a lo largo de 2024, el panorama normativo internacional experimentó importantes cambios, pero todavía queda mucho camino que allanar para equilibrar el sector y permitir que éste progrese hacia una armonización global, que elimine las discrepancias entre los cuerpos normativos existentes alrededor del mundo.
Esta fragmentación normativa dificulta la creación de un mercado único global, especialmente cuando se trata de la certificación de tecnologías y la validación de capacidades de los drones para operar en distintas regiones. Tal y como detalló Infodron.es en su último balance anual, las diferencias entre los marcos regulatorios pueden frenar el traspaso de sistemas y tecnologías entre mercados, afectando tanto a la competitividad de las empresas como al ritmo de innovación del sector. La falta de armonización también complica la obtención de certificados de tipo, que son esenciales para operar en áreas fuera del mercado de origen, lo que, según afirman los expertos del sector, puede generar grandes retrasos, elevar los costes operativos y dificultar la adopción de nuevas prácticas.
La industria asegura que, para superar estos retos, el sector debe trabajar mano a mano con las entidades y agencias reguladoras, con el objetivo común de desarrollar cuerpos normativos más homogéneos, que permitan una mayor interoperabilidad y flexibilidad. Por su parte, si quieren trascender fronteras con sus productos, las empresas tendrán que asegurar su adaptación a dichas exigencias en materia legislativa, apuntando a que sus sistemas cumplan con los más altos estándares de seguridad y certificación. Este, por lo tanto, es un desafío conjunto, en el que todos los agentes involucrados tendrán que realizar sus aportaciones para crear marcos ágiles, justos y globalmente aceptados.
Soluciones a medida para necesidades cambiantes
Los constantes cambios políticos, económicos y sociales que está experimentando el mundo contemporáneo también afectan directamente al sector de los sistemas no tripulados, en el que cada día surgen nuevas necesidades que sus empresas deben cubrir rápidamente. Aquí, el reto consiste en crear desarrollos versátiles, que puedan adaptarse al panorama cambiante sin comprometer cuestiones como la seguridad o la eficacia, y que, además estén diseñados para operar en diferentes entornos y condiciones, garantizando los más altos niveles de fiabilidad.
Las tensiones geopolíticas y los conflictos bélicos están impulsando una mayor demanda de soluciones especializadas en áreas como la inteligencia, la vigilancia, el reconocimiento, la respuesta en situaciones de emergencia o la logística aérea, que se ven beneficiadas por la evolución de tecnologías como las redes 5G, la inteligencia artificial o el machine learning.
La clave para superar este desafío radica en el desarrollo de equipos personalizados para cada sector, lo que supondrá una constante inversión en el ámbito del I+D, así como una comprensión profunda de las necesidades de los clientes, que tienen ahora acceso a un mercado altamente diversificado, donde las empresas deben ser ágiles a la hora de anticiparse a las nuevas demandas, sin perder el enfoque en la sostenibilidad y la responsabilidad tecnológica.
Financiación para luchar contra la bancarrota
Los inversores y las firmas de capital de riesgo siguen percibiendo el sector de los sistemas no tripulados como de alto riesgo, por lo que la obtención de financiación para impulsar el desarrollo de proyectos de innovación se postula también como un importante desafío. Cabe destacar que, el pasado 2024, varias compañías de renombre que desempeñaban su actividad en ámbitos como los de la movilidad aérea urbana (UAM), la fabricación de drones comerciales o la logística aérea autónoma, se declararon en bancarrota, lo que demuestra que, a pesar del crecimiento experimentado por el sector y la elevada demanda de servicios con estas plataformas, la sostenibilidad financiera es una cuestión crítica que debe ser abordada a la mayor brevedad posible.
Para evitar situaciones similares, las empresas de drones deberán fortalecer sus modelos de negocio, priorizando la rentabilidad a largo plazo y no solamente la expansión a gran escala en los mercados internacionales. Estos enfoques más prudentes en la gestión financiera, en combinación con asociaciones estratégicas y la diversificación de las fuentes de financiación, podría ayudar a pequeñas y grandes compañías a sortear las dificultades económicas, evitar la dependencia de capital externo y garantizar un futuro seguro para sus ambiciosos proyectos de desarrollo.
La atracción de talento como motor del sector
El rápido crecimiento del sector de los sistemas no tripulados ha traído aparejada una elevada demanda de profesionales altamente cualificados. El desarrollo de este tipo de plataformas altamente tecnológicas requiere conocimientos en áreas como, por ejemplo, la aeronáutica, la robótica, la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, la ciberseguridad y las telecomunicaciones, por lo que la atracción de talento se ha convertido en uno de los principales motores de la industria. Además, a medida que los drones se vuelven más complejos, autónomos, precisos y sofisticados, las compañías necesitan incorporar a sus equipos personal capaz de innovar y mantenerse a la vanguardia, lo que plantea un desafío adicional en materia de formación y retención.
Para hacer frente a este reto, las firmas deben invertir en programas de capacitación avanzada y colaborar estrechamente con universidades, centros de investigación y otros actores de la industria, con el objetivo de ofrecer programas especializados que cubran áreas clave y sirvan para preparar a las futuras generaciones. A través de estas alianzas, y colaboraciones las empresas especializadas en el diseño y desarrollo de sistemas no tripulados podrían, por un lado, adaptarse a la creciente demanda de profesionales, manteniendo sus capacidades y ventajas competitivas; y, por el otro, poner fin a uno de los problemas más acuciantes del sector: la escasez de profesionales especializados en el ámbito dron, una barrera que, de no resolverse, podría frenar en seco el crecimiento continuo de la industria.
Políticas de cambio para una mayor aceptación
A pesar de los indiscutibles beneficios que aporta la implementación de sistemas no tripulados en distintas áreas, la aceptación pública de esta tecnología sigue suponiendo un importante desafío a nivel internacional. Por ello, la construcción de una relación de confianza entre los actores del sector y la sociedad se configura como una necesidad imperante de cara a evitar una resistencia generalizada a la proliferación de nuevos desarrollos.
A lo largo de este año, las compañías privadas, entidades públicas y reguladoras deberán centrar aun más sus esfuerzos para garantizar que los drones sean vistos como herramientas innovadoras, seguras, éticas y beneficiosas para la sociedad en su conjunto, reduciendo así las preocupaciones de la ciudadanía en cuestiones relacionadas con la privacidad o el impacto medioambiental, que siguen siendo puntos sensibles, principalmente en los entornos urbanos.
Una posible solución para mitigar estas inquietudes es la ejecución de campañas de comunicación transparentes y educativas, que ofrezcan una narrativa positiva sobre el uso de sistemas no tripulados, mostrando cómo esta tecnología puede mejorar la vida cotidiana, siempre y cuando sus operadores cumplan con las normativas aplicables.