La industria de los sistemas no tripulados ha dejado claro, un año más, su principal objetivo: sentar unas bases de crecimiento sólidas que posibiliten la proliferación de nuevos desarrollos y permitan superar los desafíos pendientes para asegurar un horizonte prometedor. Si en 2023 el sector destacó por el desarrollo de importantes avances tecnológicos, por las grandes inversiones de capital de empresas de todo el mundo y por la conceptualización de ambiciosos proyectos de innovación a nivel global, 2024 ha sido un año marcado por la certificación de los grandes programas tecnológicos y de demostración del momento; por la consecución de importantes hitos a nivel regulatorio y en favor de la armonización de los marcos legislativos; y por la luz verde a numerosas adquisiciones millonarias por parte de un amplio abanico de gobiernos y compañías privadas.
Revisiones de diseño para la maduración de tecnologías
Fijar la arquitectura del sistema, asegurar el grado de madurez del diseño de la aeronave, dar el pistoletazo de salida al proceso de fabricación y alinearse con los requisitos del cliente final, son los cuatro pilares básicos sobre los que todo fabricante de plataformas aéreas no tripuladas basa sus programas de desarrollo. Durante estos últimos doce meses, varios conglomerados europeos ampliamente reconocidos dentro de esta industria han sido capaces de obtener distintos tipos de certificaciones para sus proyectos más ambiciosos hasta la fecha, demostrando así que sus desarrollos se adaptan a las necesidades actuales del sector y recalcando el esfuerzo conjunto y espíritu de colaboración por parte de todos los socios que intervienen en estos grandes programas.
Francia, Alemania, Italia y España, por ejemplo, han sido testigos de como el programa Eurodrone realizó con éxito en el mes de mayo su revisión preliminar de diseño o PDR, demostrando que el diseño inicial del avión ha seguido madurando y allanando el camino para proceder con el diseño detallado. Sin salir de Europa, el Sistema Remotamente Tripulado de Altas Prestaciones, más conocido como Sirtap, superó en junio la revisión crítica de diseño o CDR, fijando la arquitectura final del sistema, sus subsistemas y equipos y dando paso a las siguientes fases del proceso de validación y verificación. Cabe destacar también el hito logrado por la francesa Thales, que ese mismo mes recibió el primer informe de verificación de diseño o DVR emitido en la historia de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para operar UAS ligeros en escenarios de riesgo medio y nivel SAIL III, haciéndose con una posición privilegiada en el mercado de los drones civiles que le permitirá avanzar en el proceso de certificación del Thales UAS100 en condiciones exigentes.
Las entidades reguladoras nacionales e internacionales acercan posiciones
Otro año más, parece que la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) se posiciona como pionera en el desarrollo, implementación y adopción de nuevos marcos normativos, que terminan sirviendo de referencia para las entidades reguladoras del resto del mundo. A lo largo de este 2024, la Agencia dependiente del Gobierno de los Estados Unidos ha tomado importantes decisiones en materia de autorizaciones y certificaciones, que han tenido un gran impacto en la industria de los sistemas aéreos no tripulados a nivel global.
Uno de los hitos más relevantes de la estadounidense tuvo lugar en el mes de agosto, cuando, por primera vez en la historia de la aviación del país, la reguladora autorizó los vuelos dron comerciales sin observadores visuales en el espacio aéreo de Dallas, aprovechando los avances tecnológicos y en el campo de la gestión del tráfico aéreo, a través de los cuales pudo eliminar la necesidad de que el piloto mantenga su aeronave en la línea visual durante el vuelo. Ese mismo mes, en medio de la controversia en torno a la importación y exportación de tecnologías de origen israelí, la FAA puso a prueba el sistema antidrón EnforceAir2 de la compañía D-Fend Solutions, verificando, como parte de la Sección 383(a) de la Ley de Reautrización de la FAA de 2018, las capacidades de la solución para detectar, rastrear e identificar los riesgos potenciales que planteen los drones errantes u hostiles, y asegurando, al mismo tiempo, que el producto no afecta negativamente ni interfiere con las operaciones seguras de los aeropuertos, los servicios de tráfico aéreo o el Sistema Nacional del Espacio Aéreo (NAS).
Los países europeos tampoco se han quedado atrás en cuanto a avances regulatorios. La Oficina Federal de Aviación Alemana (LBA) otorgó en julio a la firma Urban Ray la aprobación operativa Sail II para realizar vuelos en modo Bvlos con drones a escala real en tres rutas designadas en la región de Renania del Norte-Westfalia; mientras que la Oficina Federal de Aviación Civil de Suiza (FOCA) otorgó a la compañía Matternet el primer Certificado de Operador de UAS Ligero o LUC para llevar a cabo operaciones SAIL III de alto riesgo, incluidos vuelos con drones más allá de la línea visual en áreas pobladas.
Por supuesto, hay que hacer especial mención a España, que en el mes de junio, con el fin de dar respuesta jurídica ante el gran incremento del uso de drones, tanto a nivel recreativo, como profesional, aprobó el nuevo Real Decreto 517/2024, por el que se desarrolla el régimen jurídico para la utilización civil de sistemas de aeronaves no tripuladas. El Decreto representa un cambio significativo en la regulación del uso civil de estas plataformas en el país, ajustando la normativa nacional a los estándares europeos y promoviendo, a su vez, un marco mas coherente y flexible para su operación. Por ello, legisla aspectos esenciales como la zonificación del espacio aéreo, los requisitos de formación y seguros y las autorizaciones para diversas actividades, destacando su impacto en el desarrollo del sector dron.
Fusiones, adquisición de participaciones y contratos millonarios
El dinamismo también ha sido un importante protagonista en el sector de los sistemas no tripulados durante el 2024, dando lugar a fusiones entre empresas, nuevas alianzas estratégicas y programas de adquisición con presupuestos millonarios, lo que refleja la maduración de la industria y su potencial de crecimiento. Diversas compañías privadas han optado por fusionarse o adquirir participaciones en otros grupos para consolidar su posición en un mercado cada vez más competitivo, mientras que los gobiernos de todo el mundo han reforzado su apuesta por esta innovadora tecnología, no solo a través de inversiones directas, sino también dotando a sus Fuerzas Armadas de nuevos drones para mejorar sus capacidades.
Son muchos los hitos que han tenido lugar en este sentido en los últimos doce meses, pero, sin duda, destacan por encima del resto, la adquisición de la empresa Sistemas de Control Remoto (SCR) por parte del grupo Sener, con el objetivo de aumentar su presencia en el ámbito de los operadores remotos y la navegación autónoma; la adquisición de la firma australiana Sentinent Vision por parte de la estadounidense Shield AI para fusionar su experiencia en inteligencia artificial y comprensión operativa para ofrecer nuevas capacidades en misiones ISR autónomas y no tripuladas, dentro de los ámbitos de la defensa y la seguridad; la adquisición de la compañía especializada en misiles antidrón BlueHalo por AeroVironment por 4.100 millones de dólares para reunir capacidades complementarias y ofrecer un portafolio integral de soluciones, centrado en abordar las necesidades de Estados Unidos; o la adquisición de Kirintec por parte del conglomerado BAE Systems para ampliar sus capacidades en actividades cibernéticas y electromagnéticas.
En el ámbito militar, entre los acuerdos más importantes destacan el suscrito entre la Agencia de Apoyo y Adquisiciones de la OTAN (NSPA) y la compañía Exail Robotics Belgium para dotar al Componente Marino del Ejército Belga y la Armada Real de los Países Bajos con drones submarinos de desactivación de minas; o el suscrito entre General Atomics Aeronautical Sysetms y la Guardia Costera de Japón para dotar a esta entidad con dos drones MQ-9B SeaGuardian para misiones de vigilancia marítima.
De nuevo, España ha estado también a la cabeza de las adquisiciones de drones militares a nivel internacional, suscribiendo más de una decena de acuerdos de compra, donde destaca la adquisición por parte de la Dirección de Adquisiciones del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra español de ROV Tortuga XP4BD para el Regimiento de Pontoneros y Especialidades Nº12; la adquisición por parte de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada (JAL) de un USV Sead 23 a la firma Seadrone y dos UUV Sparus II de Iqua Robotics; los contratos del Ejército de Tierra para la compra de micro drones por 39 millones de euros; la adjudicación por parte del Ministerio de Defensa a Indra y Escribano para el suministro de 14 C-UAS por 36,5 millones de euros; o el contrato adjudicado también por tierra a Paukner para el suministro de 450 drones Skydio X10 por 18 millones de euros, entre otros.