La utilidad y versatilidad que ofrecen los drones suman numerosos casos de éxito en la aplicación de esta tecnología al ámbito de la ingeniería. Pero sobre todo está evolucionando con fuerza en el sector de la topografía. Su uso para la realización de levantamientos y medición de terrenos está creciendo exponencialmente por las posibilidades de trabajo y resultados que presentan. Y es que, a partir de fotografías y capturas de imagen, los UAV generan modelos tridimensionales con una precisión centimétrica.
Sus aplicaciones en este ámbito van desde la delimitación de la propiedad -catastro, registro, etc- a estudios de obra civil y urbanismo, patrimonio arqueológico, arquitectura, levantamiento de minas o canteras e incluso para elaborar informes periciales. Las imágenes aéreas capturadas con drones aceleran y simplifican estos trabajos topográficos y permiten desarrollar cartografía 3D y mapas vectoriales con los que definir diferentes escenarios.
Tradicionalmente, la mayor parte de estos trabajos se hacían “a mano”. Las personas eran las encargadas de tomar las medidas, lo que hacía muy alto el rango de error en los cálculos y que no se tuviesen en cuenta aspectos como las irregularidades en la superficie superior del terreno. Más si cabe teniendo en cuenta que la topografía en zonas a cielo abierto está en constante evolución, lo que hace más complejas las tareas de medición obligando a actualizar datos frecuentemente. Esto resulta sumamente dificultoso y obliga una alta inversión en alquileres de equipos, medios técnicos y humanos para su seguimiento.
Sin embargo, la captura de datos topográficos con un dron profesional es hasta cinco veces más rápida que con los métodos terrestres convencionales y requiere menos mano de obra. Un UAV equipado con cámaras fotográficas, puede sobrevolar el terreno que se quiere modelar en cuestión de minutos, generando unos productos de gran calidad y precisión para las posteriores etapas de trabajo.
Cargas de pago
Si además estos vehículos se dotan con una equipación más sofisticada, como con el sistema Lidar, cámaras RGB o multiespectrales, se puede obtener una muestra densa de la superficie de la tierra con mediciones concretas y detalladas, a través de fotogrametría y teledetección óptica.
Dada la rápida obtención de datos que permiten los drones, es posible mantener un seguimiento constante para detectar cualquier variación en el terreno que afecte a los parámetros estudiados. Toda esta colección de imágenes capturadas por los sensores y sistemas son posteriormente procesadas mediante softwares y herramientas específicas.
Actualmente, con los últimos avances tecnológicos, un único vuelo de dron produce miles de mediciones que pueden representarse en diferentes formatos, como en ortomosaico, nube de puntos, MDT, MDS, curvas de nivel, etc. La capacidad de georreferenciar y escalar estas imágenes, y el procesamiento posterior de las mismas, permite conseguir generar los modelos digitales 3D con coordenadas en el sistema de referencia globales, cálculo distancias, medición de volúmenes, definición de perfiles y otros muchos parámetros de interés para diferentes trabajos. Además, son herramientas clave en la captura de datos en zonas que, de otro modo, serían inaccesibles o que plantean riesgos para los trabajadores.
Los drones profesionales pueden volar a casi cualquier lugar y no están limitados por áreas hasta el momento inalcanzables, como pendientes empinadas inseguras o terrenos inadecuados para los métodos convencionales de medición. Por todo ello es que los drones se están imponiendo como la alternativa idónea para los trabajos de topografía, suponiendo una operativa rápida, precisa y sin una sobrecarga organizativa y costosa.
Otro de los puntos fuertes que presentan, además de su precisión y eficacia, es su gran adaptabilidad. Esto llama fuertemente la atención del sector y es una de las razones por las que cada vez más compañías se decantan por la incorporación de esta tecnología a su actividad.
Caso práctico
Un caso práctico es el experimentado por Aerocámaras en el levantamiento de varias minas en Angola. Donde la implementación de drones especializados que pueden estar equipados con diferentes cargas de pago han permitido dar soporte en varias actividades y situaciones.
Los drones recabaron datos para los trabajos de voladura en las zonas mineras y se utilizó la versatilidad que ofrecen para equiparlos con sistemas de vigilancia y sensores termográficos para la supervisión y seguridad de los mineros como herramienta de prevención de riesgos. También se utilizaron por las noches, equipados con sensores y cámaras de vigilancia, para el control de posibles robos y presencia de personas en las zonas de extracción de minerales, uno de los focos de intrusión y hurto más extendidos, y una de las amenazas que más preocupan a los responsables de las minas.
El conjunto de beneficios que presenta el uso de esta tecnología posiciona a los drones como una herramienta con gran potencial para los topógrafos y profesionales de SIG (Sistemas de Información Geográfica), que reduce considerablemente el costo de la topografía y del volumen de trabajo sobre el terreno.