Una característica común a todas las empresas del sector de Defensa en España es que una parte importante de su facturación -el 10% de media- se revierte en programas de I+D+i. El sistema Horus de Thales España es un ejemplo de como esta reinversión genera nuevo productos que además tienen demanda en el mercado. Horus es una solución presentada durante la feria Homsec del pasado mes de marzo compuesta por una red de sensores -Fulmar, Gecko y radares- para realizar tareas de vigilancia y reconocimiento.
A la cabeza de este proyecto se encuentra Oscár Roldán, Innovation Manager de Thales, recientemente galardonado con el premio Innovation Spirit de la compañía por su trabajo en el desarrollo de Horus. En una entrevista a Infodefensa, Roldán destaca la importancia de invertir en I+D+i y, sobre todo, de tener en cuenta a la 'i' pequeña. "Detras de Horus hay todo un equipo que ha trabajado horas y horas durante un año", destaca.
¿Cómo surge el proyecto Horus?
Formamos un equipo de I+D integrado por seis personas que más tarde se centró en la innovación. El objetivo era iniciar la reinvención del área de defensa de Thales España. De ahí, sale Horus. Es importante destacar la diferencia entre I+D e innovación. La innovación va más allá, creando valor con lo que produces. No tiene sentido crear nuevos productos sin no tienen salida al mercado. En el caso de Horus desde la misma concepción pensamos en el mercado, al final después de un año de trabajo recibimos el premio no solo por presentar un power point sino por diseñar un productor nuevo e innovador que no existe hoy en el mercado.
Una vez diseñado, ¿cuál fue el siguiente paso?
El sistema Horus superó una serie de exigentes pruebas internas dentro del grupo Thales que certificaron que este producto era válido dentro del portfolio de la empresa y, a partir de este solución, se crea en España en febrero de este año un centro de competencia Smart Surveillance (Vigilancia Inteligente). Cualquier cliente en el mundo que solicite a Thales una solución relacionada con la vigilancia será dirigido a este centro.
¿Hacía dónde evoluciona Horus?
El producto ya es una realidad y ahora trabajamos para mejorarlo. El sistema Horus será la base de un nuevo producto contra UAVS. Y, sobre esto, estamos centrados en ponerlo en valor. Hay muchas oportunidades en todo el mundo en las que estamos trabajando. El objetivo del nuevo diseño contra UAVS es contar con una serie de sensores para detectar la amenaza, procesar la información y gestionarla desde un software de control -en este caso es una parte de Horus- donde puedes ver todo lo que sucede.
En el plano comercial, ¿cómo ha sido recibido el sistema?
Hemos realizado medio centenar de presentaciones, lo que refleja el interés por el producto. Además de presentar el producto, realizamos una demostración real en el aeródromo de Marugán donde el cliente puede operar y ver el sistema. Confíamos en que estas presentaciones se traduzcan en contratos. La base de Horus es una arquitectura modular, que permite hacer una oferta personalizada al cliente, dependiendo del tipo y número de sensores que quiera instalar. Ofrecemos distintar ofertas en función del presupuesto. Una de las ventajas es que puede instalarse una solución básica y lo luego ir mejorándola.
¿Quiénes son los clientes potenciales de este sistema?
El sistema tiene tres aplicaciones básicas: protección de infraestructuras críticas, vigilancia de zonas y contra UAVS. Esta pensado para la vigilancia en estadios de fútbol, manifestaciones o grandes concentraciones de gente. En el caso de la detección de drones, puede identificar incluso donde está el operador en un área de cinco kilómetros.
Como explicabas antes, la innovación es clave para el desarrollo de nuevos productos. ¿Cómo trabaja Thales en esta área?
En el ADN de Thales está la innovación. En el grupo dedicamos en torno al 20 por ciento de la cifra de negocio a la innovación, unos 2.500 millones de euros. Hay equipos pensando en lo que pasará dentro de 20 años. Con buenas ideas puedes marcar hacia donde evolucionar. La innovación, como motor de la transformación, se estructura en cinco áreas: conectividad, big data, realidad aumentada, internet de las cosas, ciberseguridad.