“Hace falta una regulación que ayude al desarrollo de la industria”. La frase es del CEO de Aerosolutions Spain, Antonio Mota, la expuso ayer durante la segunda jornada del ciclo de conferencias sobre RPAS Unvex América y resume el sentir del sector de los UAV a nivel internacional.
Tras una primera jornada enfocada en la defensa y las emergencias, Unvex América, que se desarrolla en el marco de la feria de defensa de Chile Fidae 2018, celebró ayer su segunda jornada con un programa que comenzó con uno de los puntos de mayor relevancia para el sector: El reto de la regulación del uso de RPAS.
El futuro ámbito regulador fue analizado en la mesa moderada por el expiloto de la Fuerza Aérea de Chile Víctor Drake. Dicha mesa estuvo integrada por el jefe de sección de aviación comercial de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Jorge Aguirre; el propio Mota; y el jefe del departamento de Consultoría e Investigaciones del Instituto Panamericano de Aviación Comercial (Ipac), Cristian Cuba.
El CEO de Aerosolutions fue muy contundente al explicar que la industria está actualmente acorralada por una sola marca que copa el 85% de los drones que se venden a nivel mundial. Y que una regulación, junto a planes estratégicos de refuerzo, es básica para potenciar a la industria. Según explicó Mota, la regulación puede ayudar independientemente del poder de esa marca porque el verdadero valor que generan los drones no está en la fabricación de los sistemas, sino en el proceso de datos. Un dron vuela para conseguir unos datos que hay que convertir en información y ahí es donde está el valor: “Un agricultor que contrata este servicio no quiere saber que parte de su finca es la más seca, eso ya lo sabe, sino si debe regarla martes y jueves y con cuánta agua”.
Otro punto que quedó totalmente claro en esta primera mesa redonda del día es que el futuro de los drones pasa por hacerlos herramientas totalmente seguras y así lo recalcaron por activa y por pasiva los ponentes de Unvex América.
Aguirre ya aportó en la sesión inaugural una frase contundente en este sentido: “La meta es que las operaciones sean tanto o más seguras que las tripuladas y no pongan en riesgo vidas. Una vez conseguido eso, este sector puede generar más empleo que la aviación tripulada”.
En parecidos términos se expresó Mota, que también comparó la situación de los drones a la de la aviación tripulada a la hora de poner sobre la mesa la necesidad de sistemas redundantes en los RPAS. El CEO de Aerosolutions explicó como los aviones tripulados poseen ordenadores que trabajan siempre de dos en dos, pero que cuentan con otros ordenadores en reserva por si uno falla, de manera que si dos ordenadores no coinciden se enciende un tercero y se apaga el discordante. La dificultad es poder meter todo eso en algo tan pequeño como un dron, aunque según Mota ya se está haciendo y actualmente pueden encontrarse sistemas con dos y hasta tres autopilotos o con dos GPS.
La mesa de regulación la cerró Cuba poniendo sobre el tapete alguna de las grandes dudas del sector, como por ejemplo si hay que certificar la estación terrena, el dron o todo el sistema y cómo hacerlo. La situación atual en este ámbito está tan verde que se dan casos paradigmáticos como el de Argentina, donde, según explicó Cuba, se emite un certificado para volar drones tras un pequeño cursillo, donde se califica que el operador sepa realizar figuras geométricas en vuelo y tenga unos conocimientos básicos. Pues bien, una vez obtenido el certificado uno puede volar drones en general, lo que quiere decir que puede trabajar con un Phantom o con un Raptor. El propio Cubas reconocía que "yo me veo capacitado para volar el primero, pero el segundo no sé yo”.
La siguiente mesa versó sobre Formación, estuvo moderada por la directora de Precadet, Nini Verdugo, y en ella participaron el académico de la Universidad de Santiago de Chile José Antonio Tarrio, el profesor de la Politécnica de Valencia Israel Quintanilla, el abogado especialista en derecho aeronáutico Tito Muñoz y el instructor de Precadet Esteban López.