La OTAN ha llevado a cabo con éxito la primera misión de reconocimiento con un vehículo aéreo no tripulado sobre la frontera entre Rusia y Finlandia, el estado miembro más nuevo de la Alianza Norte tras su reciente adhesión el pasado 4 de abril.
El desarrollo de esta operación se enmarca dentro de los esfuerzos que el Organismo está realizando desde el año 2022 por intensificar su presencia y la vigilancia en el flanco oriental de los territorios más cercanos a Rusia, con motivo del estallido de la guerra en Ucrania.
Flota con base en Italia
La misión, denominada MAGMA10, fue ejecutada por un dron RQ-4D Phoenix de la Fuerza de Vigilancia Terrestre de la Alianza de la OTAN (NAGSF, por sus siglas en inglés), una variante del conocido RQ-4 Global Hawk Block 40, desarrollado por el conglomerado aeroespacial estadounidense Northrop Grumman Corporation.
El UAV de tipo HALE (High Altitude, Long Endurance) despegó desde la Base Aérea de Sigonella, instalación militar ubicada en la isla italiana de Sicilia, y recorrió más de un tercio de la frontera europea con Rusia, hasta llegar a las inmediaciones de Helsinki, la capital finlandesa.
Durante el vuelo, el dron recogió datos de vital importancia que, tras un exhaustivo análisis por parte de expertos de la NAGSF, fueron distribuidos entre los distintos aliados. Además, esta misión sirvió como entrenamiento para que los operadores y equipos encargados del RQ-4D se familiarizasen con el nuevo terreno.
En busca de la capacidad operativa final
Los RQ-4D, considerados unos de los drones militares más avanzados del mundo, son una de las últimas incorporaciones a la flota permanente de la Alianza en territorio europeo. Estos UAV destacan, principalmente, por sus mejoras a nivel de software y de hardware, instaladas con el objetivo de actualizar el Modo Marítimo y de aumentar las capacidades y eficiencia del sistema de radar a la hora de recuperar y procesar datos y de llevar a cabo operaciones unificadas de inteligencia más complejas.
Tras completar el proceso de renovación y recibir estos UAV en Sigonella, el comandante de la Fuerza de Vigilancia Terrestre de la Alianza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, general Andy Clark, afirmó que “el regreso de esta aeronave marca un hito importante para el Sistema de Vigilancia Terrestre (AGS) y para la Alianza, ya que el sensor actualizado mejora drásticamente la capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) de la OTAN al permitir una recogida eficaz en el dominio marítimo”.
La OTAN plantea alcanzar con estos drones la capacidad operativa final a comienzos de 2024, permitiendo así mantener vigilancia activa en las zonas calientes de forma permanente y ofrecer apoyo a los equipos terrestres en situaciones críticas.