It has become appallingly obvious that our technology has exceeded our humanity.
–Albert Einstein
El ser humano siempre ha soñado con tener el poder de mover los objetos a distancia. Hoy las aeronaves no tripuladas, remotamente tripuladas, autónomas o semi-autónomas son una realidad innegable e imparable de ese poder. Actualmente, UNVEX es la oportunidad mejor posicionada para tener en España un ventanal abierto al mundo donde concentrar, en tiempo y lugar, nuestras capacidades industriales y de servicios en el sector de los RPAS.
Como toda nueva tecnología, los RPAS despiertan una amplia diversidad de reacciones, desde el rechazo frontal a los “drones asesinos” y a su integración en el espacio aéreo no-segregado, hasta el entusiasmo por un futuro que se imagina plagado de nuevas utilidades que no cesan de aparecer.
Naturalmente, ambas posturas gozan de escasa justificación; en primer lugar porque los drones no deciden disparar, sino que su tripulación, en lugar de ir a bordo del bombardero, se encuentra a veces a miles de millas de distancia; y en la misma línea, la posibilidad de compartir espacio aéreo es tan solo un problema de desarrollo de sistemas en el que se está avanzando a pasos agigantados.
Por otra parte, desde la antigüedad, la búsqueda de soluciones genéricas ha dado lugar a la sobrevaloración sistemática de las capacidades de cada nuevo salto tecnológico: la panacea, el bálsamo de Fierabrás y la piedra filosofal. Sin embargo en el caso de los RPAS sólo la experiencia, plagada de éxitos y fracasos, con sus riesgos y oportunidades, permitirá en último término hacer realidad sus potencialidades, mientras que los fracasos ineludiblemente plagarán el valle de la muerte.
Independientemente de la multitud de motivaciones que individual o colectivamente impulsan al sector, la economía es la fuerza más poderosa, tanto en el sector civil como en el de defensa, al que se añade en el segundo caso ex-aequo la reducción de riesgos. Según las previsiones de medios especializados solventes en los próximos diez años se prevé un incremento del 250% en el mercado de RPAS, con un total de volumen de negocio estimado, en este periodo, de 93 BUS$. Por su parte, la proporción de costes en la defensa entre no tripulado y tripulado se va aproximando a 1/10. Y en cuanto a la reducción de riesgos, la situación de auténtica fortaleza defensiva que establecen los nuevos medios de A2/AD no permite concebir otra opción que la mezcla de flotas de aeronaves tripulada/no tripulada, si se quiere mantener el régimen de bajas propias a niveles asumibles.
Como garante del orden y la seguridad del proceso, el factor moderador de la velocidad de implantación de los sistemas RPA es la Regulación en sus facetas de certificación, registro, formación, titulación, seguros y operación. Pero como nunca llueve a gusto de todos, aquí también se producen discrepancias notables en cuanto al ritmo de las autorizaciones; aunque es indudable que la aceptabilidad por la población en general de los riesgos inherentes, en comparación con los beneficios que se derivan de su uso seguro, dependerá de que la entidad de los incidentes que necesariamente se han de producir se considere de un nivel asumible.
Sobre la posibilidad de compartir espacio aéreo con las aeronaves comerciales tripuladas, campo de especial sensibilidad, y en el que se han producido la mayor parte de los informes negativos por uso irregular de los drones, existen ya prototipos muy avanzados de sistemas para garantizar la seguridad en las áreas terminales mediante la denegación por software del acceso a determinados espacios restringidos o prohibidos, así como sistemas activos para neutralizar su uso indiscriminado en lugares sensibles. Además, para facilitar la utilización en ruta, es conveniente considerar que los RPAS no tienen necesidad de oxígeno ni de cabina presurizada, lo que les hace especialmente idóneos para la ocupación de niveles de vuelo escasamente utilizados como son desde 12.000 a 20.000 pies y por encima de 45.000.
Pero la disponibilidad y buen uso del espacio aéreo no es el único factor limitativo para el empleo masivo de estos sistemas; la utilización del espectro electromagnético, ya de por sí bastante saturado, está en vías de convertirse en el próximo obstáculo de difícil superación. Y esto se agrava si se considera que la alta definición de los sensores y su creciente demanda de transmisión masiva de datos requieren de anchos de banda que actualmente son de difícil disposición.
Retomando los aspectos económicos y por idénticas razones que justifican la consolidación de las demás industrias de alto nivel tecnológico, como las de defensa, la tendencia natural será la integración progresiva de las innumerables iniciativas de carácter empresarial que han ido surgiendo. Cuanto mayores sean los costes fijos derivados de la I+D+i, las certificaciones, registros, titulaciones, seguros, etc. más difícil resultará la supervivencia de los pequeños proveedores de servicios.
Por último, la velocidad de implantación se verá definitivamente condicionada por la aceptabilidad de lo que podríamos llamar gran público, y para ello sería de gran utilidad que se tomara en serio la necesidad de campañas de difusión acometidas de manera coordinada por todos los actores interesados. El Departamento de Transporte del Reno Unido ha lanzado una ambiciosa iniciativa para conectar al Gobierno con la opinión de la población en general sobre el uso de los RPAS. En el proyecto cooperan el Ministerio de Defensa, la Autoridad de Aviación Civil, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, la Asociación Big Brother Watch y algunas universidades.
Los trenes de alta velocidad en que viajan americanos e israelíes ya han pasado por la estación de España e incluso de Europa, les siguen a alguna distancia algunos BRICS, pero detrás de ellos las vías quedan despejadas para que las usen otros trenes de igual recorrido que todavía pueden llegar algo más tarde al mismo destino. No obstante, el margen de tiempo disponible es limitado y es necesario un impulso urgente, potente y decidido de apoyo institucional, concentrado en los nichos de oportunidad, que desde la I+D+i hasta la promoción de la operación y la exportación, permita establecer la necesaria velocidad de crucero que nos lleve al destino impidiendo que se malgasten o emigren las potencialidades nacionales en este sector de futuro que ya es presente.