Ante la situación actual del sector, todos los que nos dedicamos al mundo de los sistemas aéreos pilotados de forma remota (RPAS, en su siglas en inglés), al ser una profesión en auge, esperamos impacientes el pistoletazo de salida que supondrá el cambio de normativa que llegará con la aprobación del nuevo Real Decreto por la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA).
Los retos y oportunidades que saldrán desde el mismo día en que se publique, van a poner de manifiesto el enorme potencial que las aeronaves tripuladas de forma remota tienen que ofrecer a la sociedad. Por ello es imprescindible continuar desarrollando el marco legal adecuado para poder explotar todas y cada una de las utilidades que estas aeronaves pueden realizar y las que aún quedan por descubrir.
Sin embargo, se deben dar los pasos adecuados para garantizar la máxima seguridad en las operaciones. Es necesario extrapolar los requerimientos actuales de la aviación convencional a esta nueva forma de aviación,garantizando la realización y la veracidad de las horas de vuelo declaradas por cada piloto, además de disponer de una licencia que nos permita trabajar en el ámbito de la Unión Europea con plenas garantías, y que lleve, además, a las grandes empresas operadoras a requerir los servicios de estos pilotos profesionales.
Esto nos indica que el cambio que solicitamos debe abarcar todos los aspectos, desde la formación actualmente impartida, hasta el entrenamiento requerido en los pilotos para conseguir especializarse en el área operativa que consideren: no se necesitan las mismas habilidades para operaciones de salvamento que para agricultura de precisión, por poner solo dos ejemplos de las incontables aplicaciones del sector.
Tampoco podemos olvidarnos de incorporar procedimientos y metodología aeronáutica en esta formación. Solo de esta manera se conseguirán crear los esperados puestos de trabajo que esta industria, como nueva tecnología, puede y va a ofrecer.
Desde aquí quiero pedir a la AESA que tenga en cuenta la necesidad imperiosa que tenemos todos los pilotos de RPAS de poder desarrollar esta industria y avanzar. Todos estamos deseando contribuir a la creación de nuevos puestos de trabajo que, sin duda, van a impulsar el sector con la mayor seguridad y la profesionalidad necesarias.
También quiero aprovechar estas líneas para subrayar la importancia de que todos los actores respetemos escrupulosamente esta normativa: no tiene ningún sentido el querer operar con la profesionalidad y responsabilidad necesaria y descubrir que alguien puede sobrevolar las cuatro torres de la Castellana y el Parque del Retiro con total impunidad, o que desde las propias instituciones del Estado puedan tomar imágenes de viviendas en zonas pobladas estando expresamente prohibido por la normativa actual.
Aunque el objetivo y el ánimo para estos vuelos sea tan lícito como el de prevenir y detectar el fraude, debe imperar el sentido común para realizar los vuelos con plenas garantías de seguridad, conforme a la legislación vigente.
Es imprescindible contar con todos: pilotos, empresas operadoras, fabricantes, autoridades, instituciones… absolutamente todos para integrarse en las asociaciones y federaciones, tanto las ya disponibles como las futuras.
Todos juntos conseguiremos día a día poner las bases para que la actual situación cambie.
La enorme, aunque a la vez satisfactoria labor que nos espera a las asociaciones, será la clave para influir en las autoridades aeronáuticas y poder, como ya he comentado en todas las ocasiones que he tenido, desarrollar nuestra profesión y conseguir el marco legal apropiado que consiga el equilibrio entre la permisividad necesaria y la obligada garantía y seguridad de todas nuestras operaciones, que es, al fin y al cabo, lo que todos los implicados estamos buscando.