El transporte marítimo necesita soluciones encaminadas a incrementar su competitividad y a cumplir las regulaciones cada vez más exigentes. Los buques del futuro deberán someterse a un importante control de seguridad, cargas, maquinaria, consumos, contaminación, ruidos, vibraciones, etc., y dicho control deberá poder realizarse desde tierra mediante equipos, sensores y cámaras (infrarrojos, láser, etc.) y, a su vez, tener la posibilidad de operarlos de forma remota. Por ello la automatización y la integración de sistemas inteligentes será cada vez más importante.
Cabe destacar que los proyectos en marcha para lograr buques drones nada tienen que ver con lo que plantean los sistemas de buque remoto, porque tienen otros cometidos y finalidades. Tampoco los proyectos para lograr buques autónomos son para ahora, porque a corto y medio plazo no podrán prescindir totalmente de la dotación y menos los de pasaje o mercancías peligrosas, debido al marco regulatorio, las consecuencias de un accidente y sus compensaciones. La solución a corto y medio plazo pasa por mínima presencia de tripulación más control remoto. Uno de los mayores obstáculos es conseguir una capacidad de control y seguimiento remotos eficientes y fiables, teniendo en cuenta el ancho de banda o la seguridad en la red.
Principales problemas de las navieras:
Costes elevados: la automatización de los buques rebajará la tripulación al mínimo ahorrando en salarios, manutención, formación, seguros, intendencia, alojamiento, calefacción, agua, espacio, tiempo, etc., lo que posibilitará transportar más carga. Además, al no haber necesidad de llegar pronto a puerto, los navíos irán más despacio pero más seguros, y los sofisticados algoritmos capaces de tomar decisiones sobre la mejor ruta y nuevos métodos de mantenimiento preventivo, harán menos necesario llevar a bordo técnicos.
Bajo control sobre el buque: es necesario un control remoto casi total, empleando una pequeña tripulación sólo al zarpar y arribar, y de guardia y mantenimiento el resto del viaje.
Elevado grado de incidencias marítimas: según un estudio de la Guardia Costera de Estados Unidos, el error humano es responsable de al menos el 96% de los accidentes marítimos. Con ninguna o baja intervención humana, los fallos se minimizarán.
La navegación marítima presenta una serie de problemas y oportunidades de mejora sobre las que los sistemas de buque remoto impactarán de forma directa. Actualmente, no hay empresas que ofrezcan todos los módulos necesarios para la gobernanza segura y eficiente de un buque, y menos integrados en un solo sistema y ordenador, lo que entraña la necesidad de un proyecto de esta dimensión. El objetivo de los sistemas de buque remoto, como el propuesto por la empresa española Janus Systems, es poner en el mercado sistemas que, una vez instalados en los buques, los convierten en inteligentes y permiten su gobernanza vía satélite. Es una importante innovación porque, aunque aplicarán tecnologías ya existentes sobradamente probadas en el mercado, las integrarán para conseguir algo novedoso: los buques robotizados.
La mayor complejidad estará en las pruebas de mar con los buques en el mar abierto, mientras sean teledirigidos por control remoto a kilómetros de distancia. Es decir, aunque los buques llevarán tripulación, su navegación será realizada sin intervención directa de la misma. Además se utilizarán anchos de banda estándar en la comunicación por satélite, y no se recurrirá a ningún tipo de tecnología con base terrestre para asegurar las comunicaciones. Se llevarán a cabo con el buque controlado a distancia, y constarán de una serie de maniobras a alta y baja velocidad, así como varios procedimientos automatizados de atraque y desatraque en puerto.
Cubrirán un vacío en el mercado mundial, ya que controlarán la globalidad del buque optimizando su funcionamiento y posibilitando su navegación desde tierra. Marcarán un hito en la industria naval, ya que plantean el mayor cambio en la industria del transporte marítimo desde que el motor diesel sustituyó al de vapor. Supondrán la irrupción en el mercado de los smart ships, es decir, buques:
Más seguros: controlan la estabilidad en tiempo real tanto en buque intacto como averiado, aportando soluciones para garantizar la seguridad del buque y su tripulación. La navegación remota disminuirá drásticamente el número de accidentes, porque visualizará y controlará todo lo que sucede en el entorno inmediato del buque. Esto conllevará una reducción drástica de personas necesarias para la dotación (solo habrá cuatro o cinco a bordo).
Más eficientes y confortables: integrarán en un único sistema todos los aspectos de la seguridad, eficiencia, ambientales y de navegación. Implantarán el mantenimiento predictivo que disminuirá fuertemente el número de averías de maquinaria, y junto con el control del ruido y de las vibraciones contribuirán a mejorar el confort y la seguridad. Se estima que el coste operativo del buque teledirigido será hasta un 30% menor que el convencional, y de hasta un 50% con la optimización de ahorro energético.
Menos contaminantes: disminuirán hasta un 9% (unas 800 toneladas) las emisiones de CO2 a la atmósfera, en un buque de tamaño medio, y un 18% de SOX, 9% de NOX, lo que equivale a unos 2.500 créditos de carbono.
Supondrán una mejora importante para cualquier buque y naviera, puesto que:
Contribuirán a rebajar de forma notable los siniestros en la mar.
Evitarán choques con artefactos flotantes y la costa, porque el sistema detectará buques grandes y pequeños, bateas, rocas, boyas grandes, etc., a varios cientos de metros.
Aportarán a un importante ahorro energético rebajando la contaminación medioambiental.
Aplicarán el mantenimiento predictivo de la maquinaria para la optimización de su operativa.
Disminuirán los errores del personal en el manejo del buque.
Reducirán de forma importante los costes operativos.